NUESTRO ENTORNO
VALLE DE VALDEBEZANA (Soncillo)
A los pies de la cordillera cantábrica, en el norte de la provincia de Burgos, e incluido en la comarca de las Merindades, el Valle de Valdebezana esconde entre sus pequeños pueblos, los más variados tesoros artísticos y naturales.
Este municipio, formado por veintitrés entidades de población y varios agrupamientos de casas, se caracteriza por su diversidad paisajística. En su territorio es posible encontrar parajes de gran belleza en los que predomina el color verde de sus prados y bosques.
De todos sus espacios naturales podemos resaltar el encajonado desfiladero de las Palancas y el impresionante salto de agua de las Pisas, formado por el arroyo de La Gándara.
Los pastizales de las cercanías del pantano del Ebro y las parámeras mesetarias del rojo, contrastan con las cumbres del Escudo y de la Maza y la Cordillera Cantábrica. Los hayedos de los Montes de Carrales y Villabascones y el extenso encinar del Valle de Arreba, presentan un elevado interés natural por su buen estado de conservación.
En este último valle, surcado por el río Trifón, donde la debilidad de la roca caliza ha favorecido la formación de distintas cavidades del complejo kárstico de Piscarciano, Arenas y vacas.
Junto al mágico paisaje se levantaron varias iglesias románicas, destacando entre ellas la de Munilla, San Vicente de Villabezan, Montoto, Cubillos del Rojo, Bezana o Virtus. Otras como las de Cilleruelo de Bezana, Castrillo de Bezana y Quintanilla de San Román, conservan algunos elementos.
El estilo gótico y racionalista del siglo XIX, también está presente en la arquitectura religiosa del valle.
En el siglo XIV los pueblos del valle pertenecían a la Merindad de Aguilar de Campoo y la de Castilla la Vieja. Hacia siglo XVII el dominio del Valdebezana se disputaba entre Señor de Virtus, de la familia de los Porras y el marquesado de Cilleruelo detentado por la familia de los Velasco. El castillo de los Porras, en Virtus ha sido un testigo constante de la actividad bélica de este territorio.
Uno de los aspectos que más resalta en el valle, esa influencia cántabra tanto en sus construcciones como en su forma de vida. Así se ha mantenido un modelo de casa de gruesos muros de mampostería, de pequeños vanos recercados por sillar. En la fachada principal, La Solana o el balcón de madera es su elemento más singular.
En algunas ocasiones se observa la influencia del clima en la arquitectura, como es el caso de las galerías acristaladas de Soncillo.
Abrevaderos, fuentes, boleras, potros y otros edificios auxiliares son muy frecuentes.
La ganadería se presenta como el pilar económico de las gentes del lugar. Es por esta razón por la que anualmente se celebran grandes ferias ganaderas como San Lucas, el 18 de octubre, o San Marcos, un sábado cercano al 25 de abril.
Y aguardando estas fechas, los habitantes del valle acuden los miércoles al mercado semanal que desde hace siglos se organiza en torno a la plaza mayor de la capital de Valdebezana: Soncillo.
En los meses estivales, la mayor parte de las poblaciones rinden honor a su patrón con animadas fiestas populares.La Romería de la Virgen del campo, lleva a comer a los romeros de Pradilla de Hoz de Arreba a las cuevas de Piscarciano. Los restaurantes del valle han ganado su buena fama por su esfuerzo orientado a elaborar recetas de la cocina regional, basada en la utilización de productos del lugar como la jugosa carne de vacuno, los cotizados perrochicos, el afamado y tierno lechazo y la sabrosa carne de caza, acompañado por el buen agua del valle.
La oferta alojamiento es tan variada como el paisaje: es posible elegir entre un hostal, un hotel, un alojamiento rural o un albergue. A la orilla del embalse del Ebro se alza el imponente edificio del Hotel Balneario de Corconte, un tradicional lugar de veraneo de principios de siglo y hoy cita obligada del termalismo.
Cascada de las Pisas
Vista panorámica de Soncillo
MERINDAD DE VALDEPORRES (PEDROSA DE VALDEPORRES)
Complejo de Ojo Guareña
- Historia: La historia de este municipio comienza en la era megalítica, en la que los hombres que habitaron en la zona, dejaron una muestra de su paso en el dolmen de Busnela. La época celta también tuvo sus importancia, y los podemos atestiguar en el castro de Brizuela. La Edad Media, como en el resto de la comarca fue la época histórica más importante: la repoblación y las luchas entre Salazar y Velasco fueron los hechos más importantes. El municipio fue testigo, durante la alta Edad Media, de la labor repobladora de los foramontanos, formando parte de la antigua Castilla. El municipio vuelve a destacar en la historia de principios de siglo, con la construcción de la famosa línea férrea Santander Mediterráneo. Puentedey formó ayuntamiento propio hasta octubre de 1928. Lo formaban junto a esta localidad los pueblos de Brizuela y Quintanabaldo. Desde entonces pasó a formar parte de la Merindad de Valdeporres. En Puentedey existían 5 horneras de pan, una por barrio. Estaban ubicadas en terreno público, siendo el grupo de vecinos usufructuario el encargado de su mantenimiento y preparación. Por turno, a cada familia le era adjudicado un día para cocer pan, utilizando la levadura que el vecino del día anterior le cedía. Normalmente se obtenía entre 10 y 12 panes y para un tiempo entre 8 y 15 días. Los útiles empleados eran: la artesa para amasar; la pala para introducir y sacar el pan; el barrendero para limpiar el horno; el zurruscadero para juntar la brasa; y el cedazo, que separaba el salvado de la harina.
- Arte: La casa popular recibe una gran influencia de la casa montañesa. Sus principales características se centran en el empleo de muros de mampostería con esquinas de sillar, planta cuadrada con tejado a cuatro aguas, y a veces tiene un patio anterior con un tejadillo sobre la entrada. La línea férrea Santander Mediterráneo ha dejado numerosas construcciones como las diferentes estaciones, el muro de contención y el puente de Quintanabaldo, todas las edificaciones complementarias, y el gran Túnel de la Engaña, con casi 7 kilómetros de longitud (el mayor de España y el tercero de Europa) que hoy, y como consecuencia del olvido se encuentra hundido.
Brizuela: núcleo con castro celta en las proximidades. Casona comenzada en el siglo XVI.
Busnela: Antes de llegar al pueblo, a la izquierda en una campa, hay un dolmen, una construcción de la era megalítica. Muy cerca del pueblo se ubicaban unas tumbas de lajas alto medievales, que fueron trasladadas al museo Provincial de Burgos. El núcleo, de gran belleza, está sin asfaltar, empedrado, y sus edificaciones son las propias del medio rural.
Cidad: castillo-torre del siglo XV, de estilo gótico y plateresco con puertas y ventanas apuntadas y muros de sillería y mampostería.
Dosante: Iglesia de Santa María, románica de base con añadidos posteriores. Casona-torre del siglo XV, con tres plantas, ventana y puerta gótica; muros de mampostería y sillería.
Haedo de las Pueblas: Iglesia de una sola nave, construida principalmente en el siglo XVIII, pero que conserva la cabecera cuadrada románica con canecillos muy bastos y un bajorrelieve de tradición mozárabe.
Leva: Iglesia de estilo popular. Tiene una fuente-abrevadero de planta rectangular protegido por una bóveda de medio punto.
Pedrosa: Iglesia plateresca de San Juan, con torre con escudo. También tiene un puente de dos arcos rebajado.
Puentedey: Su principal atractivo es el gran puente de piedra, horadado por el río Nela. La Casa Palacio, está situada estratégicamente para una buena defensa en época de guerras medievales, aparece enraizado en el murallón de roca que envuelve el puente. Se construyó aproximadamente en el s.XV y con el paso del tiempo, ha sufrido varias modificaciones en su estructura original. Cuenta con un escudo nobiliario en cada torre, lo que nos lleva a pensar que posteriormente pertenecieron a familias diferentes o bien a reparto de herencias. La iglesia de San Pelayo conserva varios restos de estilo románico, destacando el tímpano de portada. Este tímpano representa la escena de un guerrero atacando a una serpiente, lectura que puede hacerse de la lucha entre el bien y el mal. En su interior se observa un cuadro del Beato Adrián Saiz Saiz, natural de Puentedey y ascendido a los altares por S.S. Juan Pablo II el 10 de Octubre de 1993. También encontramos una imagen de la Virgen con el niño tallada en madera policromada. El ventero agrícola, es una brillante idea para aprovechar las corrientes de aire que procedentes del desfiladero significaba una excelente ayuda para el labrador en la época de la cosecha. Una vez realizado el trillado de la mies era preciso separar el grano de la paja, proceso denominado beldar, que aprovechando los vientos y lanzando al aire, obtenía el fruto limpio. "La Cueva del Santo" que servía de Ayuntamiento y Registro Civil, perfectamente cerrado, con muro y puerta de entrada. El concejo abierto, máximo órgano de decisión se reunía en la era situada junto a la escuela. El potro de herrar estaba destinado para "calzar" las patas de los animales que ofrecían su trabajo al labriego y que por tanto era muy importante evitar cojera y lesiones de las vacas, bueyes y caballos.
Puentedey
Quintanabaldo: Iglesia gótica popular, de una nave. Puente de varias arcadas del Santander-Mediterráneo. En las proximidades hay un muro de contención y un puente de grandes dimensiones, perteneciente también al mismo trazado férreo.
Robredo de las Pueblas: Bolera popular. Crucero en la plaza. En las proximidades existen varios construcciones megalíticas, dólmenes.
Rozas: Iglesia aislada con un recinto amurallado de carácter defensivo.
San Martín de Porres: Iglesia popular con ábside románico semicircular. Casona con torreón barrocos; tiene un blasón en la torre y otro en la casa; vanos adintelados y muros de mampostería con esquinas de sillar. La casa tiene dos alturas y la torre tres.
San Martín de las Ollas: Casona barroca de dos alturas con edificio principal de planta rectangular y con cornisa y esquinas de sillería.
Santelices: Iglesia barroca de una nave con sacristía adosa en el lateral. Hay que mencionar el antiguo edificio de la estación de la vía Santander Mediterráneo, y sus construcciones complementarias (almacén y casas de directivos). Estas edificaciones son sobrias y de gran tamaño, debido a la importancia del trazado férreo. Hoy en día sin uso y con grandes posibilidades de rehabilitación.
Villavés: Iglesia popular de una nave, con ábside semicircular románico y sin decoración.
La Engaña: No es una entidad de población. Allí existen numerosas construcciones en estado de ruina, levantadas para ser utilizadas por el personal que estaba realizando las obras del Túnel de la Engaña, del Santander-Mediterráneo. Este túnel con casi 7 Km., es el más largo de España, y uno de los más largos de Europa, después de los de los Alpes. Su construcción parece que ha sido inútil, ya que actualmente carece de uso y se ha derrumbado su interior.
- Tradiciones y fiestas populares: Han tenido buena fama las fiesta patronales de Puentedey, con la celebración de su famosa cucaña, con gran participación de personas. El resto de los núcleos no celebran fiestas patronales, salvo excepciones. Las fiestas no se celebran anualmente, por rutina, sino que depende del apoyo y del esfuerzo de los habitantes de los pueblos. En Santelices anualmente se celebra un mercado de artesanía.
- Deportes y ocio: El municipio dispone de buenas zonas de baños, boleras de la modalidad de tres tablones, pistas polideportivas en Puentedey y Pedrosa. Pedrosa tiene pistas de tenis, campo de fútbol y piscinas municipales. La oferta de ocio se completa con itinerarios a pie, en bicicleta de montaña y piragua. La pesca es un deporte muy fácil de practicar, al igual que la caza. Las cabeceras del Nela y Engaña son aptas para realizar actividades de multiaventura. La espeleología tiene muchas posibilidades de práctica. En el núcleo de Puentedey se han instalado varias mesas y barbacoas para disfrutar de una comida en el campo.
- Gastronomía: Los productos típicos se identifican con los tradicionales de la matanza. Son de gran calidad las carnes que se pueden degustar en sus establecimientos.
LA HISTORIA EN LAS MERINDADES
Las abundantes cavidades existentes en la comarca sirvieron de cobijo para albergar a nuestros antepasados. Los testimonios más remotos, pertenecientes al paleolítico, los encontramos en las cuevas de Ojo Guareña y en las de Penches.
Poco a poco, en la prehistoria, hace más de 4.000 años, nuestros antepasados comenzaron a abandonar las cuevas y fueron cambiando su forma de vida. Los restos más representativos de esta etapa se localizan en el conjunto de dólmenes de corredor de los Altos y el Valle de Sedano, entre los que destacan el de la Cotorrita, el Moreco y las Arnillas.
Más tarde, en la época prerromana numerosos pueblos que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo, dejaron su huella en los abundantes hallazgos arqueológicos. La agricultura y ganadería van sustituyendo a la caza y el hombre comienza a establecerse en pequeñas aldeas. En esta etapa pasaron por aquí los autrigones y los celtas.
La presencia romana se testimonia con la villa agrícola de San Martín de Losa, la explotación salinera de Salinas de Rosio y las importantes calzadas que tuvieron como objetivo el de comunicar los puertos cantábricos con los núcleos del interior. El final de la época romana, en el siglo V, estuvo marcado por la construcción de la fortaleza de Tedeja, que según los últimos estudios sirvió de control de paso y defensa contra los pueblos bárbaros que llegaban del norte.
Llegamos así a la Edad Media, época de gran esplendor de las Merindades. En la Alta Edad Media los cántabros y vascones dominan estas tierras. El norte es el reducto contra la invasión musulmana, que llegó a diferentes puntos de la comarca, como Frías, Oña o Medina de Pomar.
Pronto la comarca se suma a la reconquista iniciada por Don Pelayo desde Asturias. Es en el siglo IX cuando se habla por primera vez de la palabra "Castilla"; este nombre aparece escrito en el documento fundacional del Monasterio de Taranco, enclavado en pleno Valle de Mena. Esta palabra surge para hacer referencia al conjunto de pequeños territorios situados al Norte del Ebro, núcleo originario de Castilla, que se caracterizaba por los abundantes edificios defensivos.
En el siglo X, es Fernán González quién organizó politicamente la región, creando las Merindades como entidad político-administrativa. Una Merindad era un territorio, en el que el Rey ponía bajo la tutela de un merino o persona de confianza, numerosas competencias como la justicia, el ejercito o el cobro de impuestos. En principio las antiguas Merindades eran siete: Valdeporres, Losa, Valdivielso, Cuesta Urria, Sotoscueva, Montija y Castilla la Vieja. Este término de Merindad se extiende posteriormente por el resto del Norte de España.
Hacia el siglo XI la Villa Condal de Oña ejerce su poder sobre un amplio territorio. Es el momento de su máximo esplendor de la localidad, impulsado por el Conde de Castilla Sancho García. El Monasterio de San Salvador se convierte así en el primer panteón real de Castilla.
Según la tradición del siglo XIII, los castellanos para independizarse del reino de León eligieron a dos jueces, Nuño Rasura y Laín Calvo, quienes deberían gobernar y juzgar al país según su propio derecho.
Al igual que el Monasterio de San Salvador de Oña, la colegiata de Santa María de Valpuesta y el Monasterio de Rioseco tuvieron una gran importancia en la formación y desarrollo del primitivo Condado de Castilla.
Tras la invasión musulmana estas tierras fueron repobladas principalmente por los foramontanos, vascos y cántabros. Como consecuencia, muchos de estos pobladores se establecieron en la comarca, dando origen a numerosas localidades que deben a ellos su toponimia: Báscones, Villabáscones, Basconcillos, etc.
El emplazamiento de la comarca, como lugar de paso entre Meseta y Cantábrico, tendrá una gran importancia en el desarrollo económico durante la Baja Edad Media. Más tarde el desarrollo histórico de la comarca se ve ligado a las luchas banderizas entre los linajes de los Salazar y de los Velasco. En esta época se construyen la mayoría de los edificios de carácter defensivo: torres y castillos.
En el siglo XVI, el Doctor Mendizábal, por orden de Felipe II, otorga a Villarcayo el título de capital de las Merindades, con el propósito de que la ciudad del Condestable, Medina de Pomar, reduzca su poder.
El desarrollo de la comarca se debe a sus vías de comunicación. Muchas localidades nacen como zona de descanso de los arrieros, antes o después de los puertos de montaña. La economía se basaba principalmente en la agricultura, aunque la ganadería también tenía su importancia.
A partir de estos momentos no han existido hechos históricos relevantes; la comarca, como el resto de España, ha tomado parte en diferentes acontecimientos sucedidos a nivel nacional.
Un hecho destacable en estos siglos de tránsito fue el carácter emprendedor y colonizador de muchos de sus habitantes, que se desplazaron a América en busca de fortuna y a su retorno levantaron impresionantes casonas como símbolo de su éxito: son los indianos, y su presencia es mas representativa se localiza en el Valle de Mena. Hasta el siglo XIX, también las familias más pudientes manifiestan su posición social y económica con la construcción de las casonas solariegas.
Desde principios de siglo XX, la comarca ha perdido parte de su población, debido a la emigración masiva hacia zonas industriales más desarrolladas y con mayores expectativas de trabajo. Casi la mitad de la población emigró hacia el Gran Bilbao en los años cincuenta, sesenta y setenta.
Desde la revolución industrial, que llegó con muchos años de retraso, la forma tradicional de vida de los habitantes de esta zona se había centrado en la agricultura y ganadería. A mediados del siglo XX se comienzan a instalar medianas empresas que hacen dar un cambio a la economía de la zona, orientándola hacia el sector industrial. El prometedor futuro y las expectativas de crecimiento que generó la construcción del ferrocarril Santander Mediterráneo, se perdieron con la clausura definitiva del proyecto en los años ochenta.
Desde los años sesenta se incrementa la llegada masiva de veraneantes, que procedentes del entorno del gran Bilbao, buscaba en nuestra comarca una segunda residencia donde pasar sus largas vacaciones. El fenómeno del veraneo transforma la sociedad y la orienta hacia los servicios (hostelería sobre todo) y la construcción.
- Un lugar geográfico: Este municipio se identifica geográficamente con el curso alto y medio de los ríos Nela y Engaña. En sus cabeceras, en los Montes del Somo, en plena Cordillera Cantábrica únicamente quedan tres núcleos de población semidespoblados: Busnela, Haedo las Pueblas y Robredo las Pueblas. Este área del nacimiento se caracteriza por un paisaje agreste, casi salvaje, dónde encontramos tupidos bosques de hayas, pinos y robles que se mezclan con amplios espacios en los que solamente se puede observar los brezales. En esta zona existen unas peculiares formaciones rocosas, alternadas por los numerosos arroyos y torrentes que luego formarán el río Nela. Desde la capital y aguas abajo, los pueblos se distribuyen a ambos lados del cauce de los ríos. La zona baja del valle casi no tiene pendiente, lo que hace que el curso del río sea muy lento, y con una vegetación típica de ribera. Por el contrario el valle está rodeado por el sinclinal de Leva al sur y por los montes de Dulla al norte. En las faldas, y hasta una altura media (900 mts) la vegetación es muy abundante predominando el haya y el roble; esto es debido a la humedad del río, la altura y la ubicación en una zona muy sombría. Las partes más elevadas se caracterizan por una imagen esteparia, dónde la vegetación es menos abundante y el suelo es más árido. Debido a la fuerte pendiente de las laderas, existen numerosos arroyos y torrentes que son afluentes del Nela. Como curiosidad natural hay que mencionar Puentedey, con un espectacular puente de grandes dimensiones horadado por el curso del río Nela. La fauna que se puede localizar en las cabeceras del Nela y Engaña es de lo más variada: lobo, corzo y jabalí, como especies más abundantes y nutria, águilas y ardillas como otras especies existentes. La utilización del territorio está dedicada a la explotación ganadera y forestal (es menor). La debilidad de la roca caliza ha propiciado la existencia de numerosas cavidades, algunas de las cuales dicen que conectan con el complejo de Ojo Guareña. Como lugares de interés natural, y sobre todo paisajístico, destacan varios: los nacimientos y cabeceras del Nela y Engaña; toda la ribera del Nela; la cascada de Quintanabaldo, las cascadas del hayedo de Leva, la cascada de la Mea, los torrentes del área de Dulla y el puente natural de Puentedey. Su nombre, "Puente de Dios", deriva del magnifico puente natural que el río Nela formó horadando la roca durante miles de años. El característico perfil del pueblo y de sus casas colgadas, han sido motivo de inspiración para numerosos artistas desde tiempos lejanos, siendo uno de los pueblos más pintorescos y conocidos de la geografía burgalesa.